lunes, 4 de octubre de 2010

Poesía 274: El castigo del ángel

El castigo del ángel

Desde su forma evanescente observa,
no sabe sentir envidia, no es lo suyo,
pero hay algo que anhela y desea
casi como si fueran celos de materia,
siente celos de aquella piel salobre,
manos tiernas, lenguas sonrosadas,
sed, ojos, sentidos adiestrados…
Desde su jirón de luz
él/ ella/ello tiembla de envidia,
quisiera tener sus manos, amarga
contradicción, humo de viento inútil,
volutas plateadas en la almohada,
sólo puede observar fiebres anónimas,
y pensar, en su etérea pasión,
quién tuviera unas manos,
una piel y piel ajena,
unos labios de mordiscos,
unos ojos,
una boca de territorios confesos y convictos…

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4 comentarios:

  1. Un ángel exterminador en toda regla; Buñuel se frotaría las manos...

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  2. Es muy reflexivo tu poema de hoy...(perdón, de ayer). Anoche no lo pude comentar porque tenía un problema con blogspot pero hoy ya está solucionado. te decía que el verso que más me había gustado era "volutas plateadas en la almohada sólo puede observar fiebres anónimas". Muy bonito Sofía.

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  3. Ay 39, si Buñuel se frotara las manos con algo que yo hubiera escrito... jejejje me alegro de que te pases por aquí.

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  4. Un ángel teniendo celos de nosotros los mortales, ¿qué te parece Marcos? Me alegro que te guste y que seas tan constante con tus comentarios, gracias!!

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