Tempus fugit
Oigo el fútbol en el bar de enfrente de mi casa,
pruebo a no oír los insultos, los gritos, la metralla
que echan por la boca, mujeres y hombres
agotando un miércoles sin destino.
El olor a cenas variadas sube hasta
mi ventana,
el locutor alude a la velocidad de los jugadores,
la vecina clama algo por teléfono, ladran
perros ladridos de claxon, humean
los coches buscando un sitio
donde pasar la noche…
Y en toda esta vida algo que no veo,
ni oigo,
ni huelo,
se escapa…
huye a algún limbo donde no hacen falta los sentidos.
.
Por lo visto la poesia esta en todas partes...o por lo menos la inspiracion, si supiera el bar de abajo... aims, en fin, que vivan los antros¡¡¡
ResponderEliminar